¿Quienes somos?

En agosto de 1985 el Gobierno publicó un Decreto que regulaba la situación laboral de las empleadas de hogar. Ese Decreto no recogía las reivindicaciones de las empleadas domésticas. A partir de 1986, un grupo de mujeres creamos la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia. Nuestro objetivo era exigir un cambio legal que reconociese condiciones justas de trabajo tratando el empleo doméstico como cualquier otro.

En noviembre de 2011 cambió la legislación sobre el empleo de hogar, con el RD 1620/2011, que no equipara en derechos a las trabajadoras de hogar pero sí mejoraba sobre el papel muchas de las condiciones de trabajo. La experiencia de estos últimos años nos ha demostrado que además de igualdad en las leyes laborales hace falta que las instituciones funcionen para garantizar los derechos reconocidos sobre el papel.

La persistencia de la desigualdad en la ley (que permite, por ejemplo, una jornada de 60 horas semanales) así como el hecho de que las denuncias de las trabajadoras de hogar acaben en la papelera de la Inspección de Trabajo, tienen una explicación: no hay ningún interés político en mejorar la situación laboral del sector, porque hacerlo exigiría reorganizar el sistema de cuidados.

Las trabajadoras internas, casi todas inmigradas, atienden a bajo costo –sobre todo a personas ancianas- en condiciones inaceptables (véanse las Estadísticas de la ATH). Las Instituciones ahorran así la necesidad de crear servicios para las personas que no se valen por sí mismas. El sistema de cuidado a domicilio en las condiciones actuales hace posible 1) que personas a las que no se les ofrecen otras soluciones puedan contratar su propia atención 2) que casi todos los hombres continúen desentendiéndose del trabajo reproductivo y 3) que algunas mujeres puedan reducir por esa vía la carga de cuidados que la sociedad nos asigna.

Las trabajadoras externas, la mayoría autóctonas aunque también hay inmigradas, trabajan generalmente menos horas pero sus salarios no dan para subsistir. Cuidan personas de todas las edades, algunas de ellas en situación de dependencia. Resuelven los desajustes entre las necesidades de cuidado infantil y los horarios laborales, el acompañamiento a personas ancianas que viven solas… Quienes se dedican únicamente al trabajo doméstico liberan a los hombres y mujeres que les contratan de la necesidad de realizar tareas de limpieza, cocina y demás. En las casas en las que viven parejas de hombre y mujer es ésta la que suele ocuparse de organizar y muchas veces compartir el trabajo de la empleada, con lo que se puede afirmar que en la mayoría de los casos son los hombres quienes consiguen desentenderse de todas las tareas que aseguran su propia reproducción y la de su familia.

Exigir cambios legales no es suficiente porque las leyes actuales reconocen a las trabajadoras de hogar derechos que no se cumplen casi nunca, y no hay ningún control de lo que ocurre dentro de las casas.

La ATH reivindica:

  • Contrato escrito de trabajo, que refleje las verdaderas condiciones de trabajo y que se registre obligatoriamente en los servicios de empleo públicos.
  • Una jornada máxima de 40 horas semanales.
  • En trabajos de cuidado nocturno, una jornada máxima entre las 21 y las 8 horas, no más de cinco días semanales.
  • Un salario de acuerdo con las tareas realizadas y, como mínimo, del 120% del salario mínimo, para 40 horas.
  • Prohibición de descuentos por alojamiento a las internas y que los descuentos por manutención deban acordarse por escrito, distinguiendo cuánto por cada concepto y sin poder pactar un porcentaje del salario.
  • Indemnización por cese igual que en el resto de los sectores. Supresión del desistimiento.
  • Reconocimiento de la antigüedad para el cálculo de la indemnización por fallecimiento o ingreso en residencia.
  • Inmediata respuesta de la Inspección de Trabajo ante las denuncias de maltrato de cualquier clase.
  • Establecer las condiciones concretas de salud y seguridad laboral en el sector, y formación a la parte empleadora y a la parte trabajadora en la materia.
  • Prohibición de las agencias de colocación con ánimo de lucro.

En cuanto a la Seguridad Social, exigimos:

  • Alta en la Seguridad Social desde la primera hora de trabajo, control de las altas y facilidades para que la parte empleadora pueda cumplir sus obligaciones administrativas.
  • Desaparición de la posibilidad de traspasar a la trabajadora la obligación de gestionar su alta y cotización en los contratos inferiores a las 60 horas.
  • Cotización por los verdaderos salarios. Desaparición de los topes mínimos y máximos en la cotización.
  • Prestación por desempleo.
  • Además de las reivindicaciones anteriores, la derogación de todas las reformas del sistema de pensiones, que las recortan perjudicando especialmente a quienes como las trabajadoras de hogar cobran pensiones bajas.

La Asociación de Trabajadoras de Hogar tiene desde 1991 un servicio gratuito de asesoría legal con el fin de informar a las trabajadoras de cuáles son sus derechos y la forma de reclamarlos.

La experiencia de estos años nos dice qué importante ha sido esta información, por eso puedes encontrar en la web las condiciones de trabajo establecidas por la ley actual y que podemos exigir que se cumplan desde ahora mismo. Son condiciones mínimas, que pueden mejorar y ampliar negociando con los empleadores. Puedes acceder también a la tabla de salarios recomendados acordada por asociaciones de Bizkaia relacionadas con el sector.